Manu Chatlani

Director Ejecutivo de Jelly (www.jelly.cl)

Periodista. Obsesivo y díscolo. Fan de los que emprenden. Fundador y director ejecutivo de Jelly (@jellydigital), una agencia con alma digital para las marcas de hoy.  Escríbeme a este correo, contáctame rápidamente vía Twitter, visita el sitio de Jelly o lee mi bio completa aquí.

O te adaptas o mueres*

Las marcas amenazadas asumen que deben seguir innovando para pelear. O simplemente resistirse y aferrarse a una tabla de acero en medio del mar. Desaparecer o vivir al borde de la extinción.

*Columna publicada en Pulso

Si crees que tu negocio durará para siempre, ya perdiste. Si piensas que tu marca y empresa no están bajo amenaza permanente por la tecnología e innovación, te tengo una noticia: estás a punto de perderlo todo. Eres como esos juegos de un shooter en PlayStation donde te queda una vida y lo que haces es agazaparte y esconderte detrás de una roca, esperando que no te vean los malos. Pero te verán. Y todo terminó. La historia de los negocios lo demuestra. Los vendedores de caballos se quedaron pasmados cuando apareció el primer Ford. Una sensación de impotencia debe haber tenido la radio como industria cuando empezó la masificación de la TV. La llegada de Internet sacudió varios tipos de negocio que dependían del intermediario (ej. ¡¡¡¡agencias de viaje!!!!). Amazon hizo que las tiendas físicas se pongan las pilas. Napster primero y luego iTunes, Spotify y Deezer cambiaron la industria de la música. Y tras leves pataletas —todos la tienen— todas las marcas amenazadas asumen que deben seguir innovando para pelear. O simplemente resistirse y aferrarse a una tabla de acero en medio del mar. Desaparecer o vivir al borde de la extinción. Pienso en como Blockbuster lo perdió todo ante Netflix. Como el imperio de Blackberry se desplomó con el debut del iPhone. Facebook cambió la forma en que los amigos se comunican. WhatsApp «mató» al SMS. El mail sepultó las cartas a mano (honestamente, ¿cuándo fue la última vez que escribiste una?). ¿Qué hacer? Seguir. Cambiar. Innovar. Permanentemente. Mientras todo eso pasa, en Chile seguimos pegados con discusiones bizantinas. Si Uber es legal o no y cómo frenarlos para siempre. Ese no es el camino. Aferrarse a algo que históricamente fue es perder. Siempre. Las personas cambian rápidamente con la tecnología. Te adaptas o mueres.